Alcanzando la unidad con la fuerza.

miércoles, 24 de junio de 2009

Intentó moverse, pero conseguir que el brazo le obedeciera ya era una ardua tarea. Inhalar. Exhalar. Resollar... Languidecía en la cama, marchito ante nuestros ojos.

Su respiración era ronca y débil. Una máscara de oxígeno anidaba en la piel de su cara. Abrió los ojos, un esfuerzo que a todas luces le resultó agotador, y volvió a cerrarlos, esta vez para siempre.


2 comentarios:

Mario dijo...

Eres grande Esteban. Un abrazo

Pérez... dijo...

Un abrazo crack, ánimo y a cuidar a la familia, al fin y al cabo es lo único que tenemos.