Odio rendir pleitesía a tu existencia
intentando, otra vez, santificar tu sonrisa;
sólo porque de a luz exóticos mundos
cada vez que despierta; derribando miserias
y erigiendo bellezas inalterables e inéditas.
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3 comentarios:
Qué maravilla de poema, seguro que el odio brota de la impotencia que siente al no poder decirle con los versos perfectos, cuanto la ama. Ya decía yo que me sonaba, como que es mío, que lo disfruten. Un saludo
Muy bueno me encantó esta parte en especial. Gracias por pasarte.
Pues yo lo veía diferente. Veo un pobre enamorado de una mujer que no lo merece, y el colega le sube el ego sin recompensa alguna, la idealiza e idolatra sin necesidad.
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